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El fin de los tiempos

BSO: R.E.M. | It’s The End Of The World As We Know It (And I Feel Fine)

En ocasiones, percibo señales. No es que intuya que se van abrir los siete sellos ni que van a sonar las siete trompetas del Apocalipsis, pero hay indicios que no se pueden pasar por alto. Si después de toda una vida viendo fútbol, en menos de un mes asistes a dos goles de gilicórner (éste y éste), es que hay algo en el universo que va mal, pero que muy mal, y la convicción de que el Monstruo Volador de Espagueti trata de avisarnos de algo se refuerza.

Por su salsa boloñesa e conocerás

Por su salsa boloñesa le conocerás

Luego está lo de las profecías del siglo XIX que se cumplen. Como este párrafo que dejó escrito Karl Marx en El capital en 1867: “Los propietarios del capital estimularán a la clase trabajadora para que compre más y más bienes, casas, tecnología cara, y les empujarán a contraer deudas más y más caras hasta que la deuda se haga insoportable. La deuda impagada llevará a la bancarrota de los bancos, que tendrán que ser nacionalizados”. Toma augurio. [ver nota]

En cualquier caso, lo que más asusta es lo de las listas, que no las reconoce ni Fredi Flautista. La semana pasada el disco de Antony & The Johnsons, con esa jeta de agorero que gasta el menda, se aupó directamente a lo alto de la clasificación de discos más vendidos en España. A estas horas le releva Bruce Springsteen, que también ha colocado más ejemplares que nadie en Alemania, Canadá, Italia o Inglaterra, Franz Ferdinand está entre los diez más vendidos en España, Alemania, Canadá y Francia y el debú de Fleet Foxes (sí, Fleet Foxes) es el tercer disco de la lista inglesa.

Da canguelo.

Firmado: Ander de Brich

Nota: A los pocos días de publicar la información sobre el discurso de Cayo Lara, El País aclaró que la supuesta cita de Marx es una invención que circula por Internet. Al parecer, un colaborador que no comprobó si era real se la pasó a Cayo Lara, que no la cuestionó y la soltó en su discurso. El periodista tampoco verificó si la cita procedía de El capital y, por último, yo me fié de que el periodista, el político y el asesor del político (o al menos uno de los tres) hubieran hecho su trabajo como es debido. Mis disculpas por la metedura de pata.