La gente echa la vista atrás en Navidad. Yo lo hago en verano, pues mi medición del tiempo sigue siendo escolar, y si lograse convencer a algunos pocos celebraría la Nochevieja el 31 de agosto. Así, ha venido a mi memoria esa gran canción, a mi juicio, obra maestra del concepto pop: Música que engancha, melodía con ritmo, estribillo pegadizo y un querer y no querer decir algo. Y me he acordado de ella porque durante el curso, en esa sección que hay en La Ventana de la SER, en la que Gemma Nierga da la palabra a Ariel Rot (cae bien, por lo general) y a Jaime Urrutia (no se hace querer el tipo) para que recomienden canciones, el segundo la pinchó para mi sorpresa.
Lo cierto es que recordé mi indignación hace tiempo, pero estaba esperando al 1 de agosto para compartirla, pues ese día, en 1981, MTV comenzaba sus emisiones con el vídeo del temita (Sí, fue compuesta en 1979, antes de la formación, incluso, de The Buggles, que la editaron):
Mi sorpresa fue que Ariel (la opinión de La Nierga no fue noticia, pues sus gustos musicales son como los de mi abuela, que en paz descanse), dijo que el tema en sí había envejecido mal. A mí me salió, creo, un «tócate los cojones» o un «envejecer mal es lo de Robert Redford o lo de Patrick Swaize, no te jode». Pobre Jaime, él, que había salido de su mundo carpetovetónico para romper una lanza en favor de ese ‘One-hit wonder’ tecnopop… En el siguiente programa volvió a su senda recomendando una de Los Rebeldes. Por cierto, el otro día le vi en una terraza oscura y solitaria de la calle Alcalde Sainz de Baranda (Madrid) y parecía todavía hundido por la actitud de sus compañeros de programa hacia ese temaco.
Volviendo a aquella (La) Ventana: Me vi caminando por ese camino a Soria junto a Urrutia y le apoyé desde mi coche, al igual que los oyentes que llamaron, que no dejaron de decir que la canción era la hostia y que cuando se pinchaba en garitos triunfaba. Me sorprendió la opinión de Ariel Rot, a pesar de sus cadencias de roquero clásico, pues lo que le chirriaba era el rollo tecno, los organillos y tal (¿vieja guerrilla rockers vs Mordernos?). Vamos, que parecía estar ajeno a un montón de grupos que están triunfando ahora, sean mejores o peores pero que gustan, y que en su cultura musical están tanto esa canción como los primeros discos de Depeche Mode, New Order, Pet Shop Boys (por ejemplo). Y lo peor es que creía que su opinión coincidía con la del público, o quizás, seantaba cátedra. Dejando esto de lado, he de decir que me encanta como toca la guitarra y suelo coincidir con sus opiniones.
No hablaron, y eso que daba juego, de que el mensajillo de la canción, al pasar los años, había caído en desgracia. Ariel no se refería a eso. O de que The Buggles se formó para hacer una crítica tanto a la deshumanización del hombre debido a la tecnología como al poder de los medios a la hora de comercializar de forma masiva la música. Ja. Y terminaron abriedo la MTV, que se los ‘merendó’. Esas contradicciones y casualidades que hay en la vida.
Firmado: Paolo Tassotti
P.D. Lo del ’26 y medio’ del titular es para no ocupar ni uno solo de los 1.356 capítulos que tiene previstos el señor Under sobre ‘Los 80’. 😉
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